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¿Cómo calcular cuánta comida necesito para el catering de mi boda?

La guía definitiva para calcular la comida del catering en una boda


¡Ay, la boda! Ese día mágico donde el amor flota en el aire, las sonrisas abundan, y, por supuesto, ¡la comida es la reina! Calcular la cantidad exacta de manjares para el catering de boda es como ese juego de Jenga: si quitas una pieza mal, todo se desmorona. No te preocupes, que aquí estamos para que tu torre culinaria sea la más estable y deliciosa del reino. Queremos que la experiencia de tus invitados sea de esas que se recuerdan con una sonrisa y un "¡qué bien se comió en esa boda!", y no un "¡uy, se quedaron sin canapés!". Desde el primer tintineo de copas hasta ese último baile con el estómago feliz, cada bocado cuenta. Y no solo por el placer, ¡también por el bolsillo y por evitar un desperdicio que no le gusta a nadie! Con esta guía, te prometemos que el catering para tu boda será, sin duda, uno de los puntos más elogiados, ¡y tú podrás dedicarte a disfrutar, que para eso te casas!


El festín nupcial perfecto: tu GPS para el catering ideal


Organizar una boda es como embarcarse en un viaje lleno de decisiones, ¿verdad? Y en ese barco, el catering de bodas es, sin duda, el motor principal. Aquí no se trata solo de elegir entre croquetas de jamón o de boletus (¡aunque qué difícil elección!), sino de asegurarse de que haya un ejército de delicias suficientes para alimentar a tu batallón de invitados, sin que nadie se quede con hambre ni que la nevera de tu catering parezca una nevera de supermercado después de una hecatombe.


Como profesionales que hemos visto más bodas que el cura del pueblo (y probado más menús que Chicote), sabemos que esta es la madre del cordero para muchas parejas. A lo largo de esta aventura culinaria, vamos a desvelarte todos los misterios, desde cómo leer la mente de tus invitados (casi) hasta las porciones mágicas para cada tipo de festín.


Nuestro objetivo es que, al terminar, te sientas más listo que un chef Michelin para tomar las riendas de tu banquete, ¡y que tu gran día sea una sinfonía de sabores inolvidables!


Tu mapa del tesoro culinario: lo que vas a descubrir en esta aventura gastro-nupcial


¡Atención, futuros recién casados! Calcular el catering para bodas puede parecer un sudoku con muchos ceros, pero ¡tranquilos!, que aquí estamos para ponerle orden a los números y al buen comer. En las próximas páginas, desmigaremos cada secreto para que te conviertas en el Sherlock Holmes de las porciones. Empezaremos por lo más básico, pero a la vez lo más complejo: tu lista de invitados. Y no, no es solo contar cabezas. Es la biblia para entender si tienes a una tropa de "comedores olímpicos" o a un grupo de "picoteadores elegantes". Esto es clave para que tu catering de bodas en Madrid (o donde sea que montes el fiestón) sea un éxito rotundo.


Luego, nos zambulliremos de cabeza en el excitante universo de los menús. Descubrirás cómo el formato que elijas –¿un banquete de etiqueta, un cóctel tipo verbena chic, o unas estaciones de comida que son pura fantasía?– cambia por completo las reglas del juego de las cantidades. Despiezaremos las proporciones secretas para los aperitivos que hacen salivar, los platos principales que llenan el alma y los postres que te hacen levitar. Y, por supuesto, hablaremos de las bebidas, desde el brindis que te hace llorar hasta el agua bendita que te hidrata para seguir bailando.


¡Pero espera, que hay más! Te abriremos la mente a esos pequeños "duendecillos" que nadie ve pero que influyen un montón en cuánto se come y se bebe: el reloj (¡ay, las horas!), la duración de la fiesta y, ojo, ¡la madre naturaleza! No es lo mismo un banquete a pleno sol veraniego que una cena de invierno con chimenea y mantita. El clima puede hacer que la gente beba más agua o pida otro tinto.


Después de tanta teoría deliciosa, pasaremos a la acción. Te daremos una guía paso a paso para que tus cálculos sean más precisos que un cirujano. Aprenderás a usar fórmulas que no fallan, a dejar un "colchoncito" por si los tíos de Albacete deciden venir con toda la cuadrilla, y a cómo chivarle al catering para tu boda hasta el último detalle para que todo cuadre.


Y para rematar, desvelaremos las preguntas más cotillas que nos hacen las parejas sobre el catering de boda, dándote respuestas claras y directas, como un buen chute de cafeína. Te prometemos que, cuando termines de leer esto, te sentirás tan seguro como un maestro de ceremonias, listo para que el banquete de tus sueños sea una auténtica gozada. ¡Prepárate para ser el anfitrión perfecto!


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Los cimientos de un catering de boda que roza la perfección (¡sin dramas!)


Conocer a tus invitados: descifrando a la gente que quieres (y a la que no tanto, pero que también viene)


Cuando hablamos del catering para bodas, el primer ladrillo que hay que poner es, sin duda, la lista de invitados. Pero ojo, que aquí no vale solo con echar un ojo al número total y decir "¡bingo!". Un cálculo de pro te exige ir un pasito más allá, adentrándote en el alma de cada persona que va a compartir tu fiestón. ¡Ponte las gafas de detective!


La odisea de las confirmaciones: el "Sí, quiero" de tus invitados


El primer objetivo es tener ese número mágico lo más clavado posible. Y para eso, ¡benditos sean los RSVPs! O lo que es lo mismo, las confirmaciones de asistencia. Pon una fecha límite clara para que te den el "sí, quiero" o el "lo siento, me lo pierdo", idealmente entre 2 y 4 semanas antes del gran día. Esto le da a tu equipo de catering de bodas el tiempo justo para ir al mercado, comprar los mejores ingredientes y organizar a su batallón de cocineros.


Un truquillo extra: piensa en añadir un pequeño comodín, un 5-10% de margen, por si surge algún "invitado sorpresa" de última hora o alguien que se despistó con el plazo. ¡Más vale que sobre un poquito que no que falte la silla! (O la croqueta, que es peor).


Edades, alergias y otras cuestiones dietéticas: ¡que nadie se quede sin su plato!


Aquí viene lo divertido: la edad de tu gente. No es lo mismo un grupo de colegas veinteañeros que devoran hasta el mantel, que una reunión familiar con abuelos, tíos y niños pequeños. Cada franja de edad tiene su ritmo. Los peques, por ejemplo, suelen comer como pajaritos, pero ojo, ¡que son muy selectivos! Necesitarán su propio menú, más sencillo y a su gusto (léase: patatas fritas y pollo rebozado, sí o sí).


Y aquí el punto crítico: las alergias, intolerancias y todo el abanico dietético (vegetarianos, veganos, celíacos, los que no comen pescado, los que no comen carne, los que solo comen cosas verdes...). ¡Fundamental! Pregunta todo esto cuando pidas la confirmación. Un catering para bodas en Madrid que se precie tendrá un As bajo la manga para cada uno de estos casos. Imagina que tienes 50 invitados y 5 de ellos son veganos. ¡Pues el catering tiene que cocinar 5 menús veganos! Esto cambia el panorama de los ingredientes y el esfuerzo. No te confíes, que un invitado con reacción alérgica en tu boda es un drama que no queremos. ¡Cero dramas, por favor!


¿Son de buen comer o de postureo? Las preferencias que importan


Aunque no tenemos una bola de cristal para saber qué le gusta a cada uno, podemos hacer una "radiografía" general. ¿Tu gente es de las que repite hasta el postre o de las que solo prueban un poquito de cada cosa? Si tu familia es de esas que se llevan la fiambrera de los restos (¡con cariño, eh!), quizás debas pedir un poquito más de cada plato. Si, por el contrario, tus amigos son de los que "no, gracias, estoy a dieta", puedes ajustar un pelín a la baja. Estas observaciones, aunque no sean científicas, afinan los cálculos que da gusto. Por ejemplo, si sabes que tu cuadrilla es de las que bailan hasta que el cuerpo aguante y necesitan reponer fuerzas, la recena es un sí rotundo. ¡Pista para el catering para tu boda!


El show del servicio: banquete de cine, cóctel de fiesta o estaciones de ¡guau! ¿Cuál es el tuyo?


El estilo de servicio que elijas para tu catering de boda es como el director de orquesta: marca el ritmo y la cantidad de cada nota. Cada formato tiene su propia coreografía culinaria y, por lo tanto, sus propias estimaciones de cuánta comida se necesita para que la gente salga rodando (de felicidad, claro).


Banquete sentadito, a la antigua usanza (pero con rollo)


En un banquete donde cada uno tiene su sitio (¡benditas mesas numeradas!), las porciones ya vienen preestablecidas. Aquí, la precisión en el número de comensales es el mantra. Un menú de los de toda la vida suele tener su cóctel inicial, uno o dos entrantes que te abren el apetito, un plato principal que te deja sin aliento (carne, pescado, o el dilema de elegir), y un postre que es la guinda.


  • Aperitivos (los del cóctel previo): Para una "pre-fiesta" de 45-60 minutos antes de sentarse, calcula entre 6 y 8 bocaditos por persona. Si el cóctel se alarga más (¡que se suele alargar!), sube a 9-12 piezas. Piensa que es el primer contacto con el festín, ¡que entren con buen pie!

  • Entrantes y plato principal: Aquí, las porciones son como las leyes: fijas. Tu catering de bodas tendrá sus medidas estandarizadas, pero asegúrate de que sean generosas. Por ejemplo, un buen trozo de carne suele ser entre 180-200 gramos, y de pescado, 150-180 gramos. ¡Pero no te olvides de las guarniciones! Patatas, verduritas... son el fiel escudero del plato principal y también llenan el buche. Un error muy común es obsesionarse solo con la proteína y olvidarse de que un buen acompañamiento es la mitad del plato.

  • Postre: Una ración por cabeza del postre principal es lo normal. Pero, ¿y si tus invitados son golosos empedernidos? Añade un surtido de mini-dulces o, la bomba, ¡una mesa de postres extra! ¡Que nadie se quede con las ganas de un segundo dulce!

  • Pan: ¡El eterno acompañante! Calcula al menos 2-3 rebanadas o piezas por persona. Hay gente que le encanta mojar pan, ¡y es un arte!


Cóctel o buffet: la libertad de elegir (y de repetir)


Los eventos tipo cóctel o buffet son la fiesta de la libertad. Aquí la gente campa a sus anchas, elige lo que quiere y repite hasta la saciedad. Esto, claro, puede ser un quebradero de cabeza para el cálculo. La gente tiende a probar de todo, pero las porciones individuales son más modestas.


  • Cóctel (si es el plato fuerte): Si tu boda es un cóctel "a palo seco" (¡sin banquete después!), calcula entre 12 y 18 piezas por persona. Y aquí la variedad es la sal de la vida: frías, calientes, brochetas que son obras de arte, mini-platos que te hacen ojitos... Cuantas más opciones, más fácil será que todo el mundo encuentre su amor culinario.

  • Buffet: En el buffet, la clave es poner mil y una opciones: ensaladas fresquitas, pastas con salsas de ensueño, carnes jugosas, pescados que saben a mar, arroces que te transportan... Para cada estación, estima la cantidad total pensando que cada invitado "picoteará" de 3-4 opciones diferentes. Por ejemplo, si tienes 100 invitados y pones 4 tipos de arroces, no necesitas 100 raciones de cada uno, sino que el total de arroz sume para 100 personas. Un catering para boda con bagaje sabe cómo dimensionar estas estaciones para que no se quede ninguna pelada ni que sobre un montón.


Estaciones de comida interactivas: el show está en la mesa


Las estaciones de comida son la última moda (¡y nos encanta!). Desde una barra de quesos que parece un museo hasta un cortador de jamón que es pura poesía, o puestos de show-cooking donde los chefs te bailan mientras cocinan. Aquí, el cálculo es más flexible y divertido. Para una estación de jamón, un jamón de 7-8 kg suele dar para unas 80-100 personas si es una más de las muchas opciones. Para la barra de quesos, calcula unos 80-100 gramos de queso por persona si es parte de un cóctel variado. ¡Es como un parque temático de la comida!


La sed en la boda: el factor "hidratación y risas"


Las bebidas son el alma de la fiesta, tan importantes como la comida. Su cálculo también tiene su intríngulis. ¡Que nadie se quede con la garganta seca!


Las bebidas que animan la fiesta (con moderación, siempre)


  • Vino (el néctar de los dioses): Para un banquete, calcula una botella de vino (de las de 750 ml) por cada 2-3 personas. Si la barra libre se alarga después de la cena, ¡el consumo puede subir como la espuma! Y ojo, que no es lo mismo el tinto que el blanco o el rosado. Ofrece de todo y en cantidades equilibradas, ¡sobre todo en verano, que el blanco y el rosado vuelan!

  • Cerveza (la alegría en botella): Una media de 2-3 cervezas por persona durante la barra libre es una buena estimación. Si eres de los que ponen un tirador de cerveza artesanal, ¡prepárate, que eso vuela!

  • Cava/Champagne (el burbujeo de la felicidad): Para el brindis más emotivo, una botella por cada 5-6 personas suele ser suficiente. Si además lo sirves durante el cóctel, sube la estimación a una botella por cada 3-4 personas. ¡Que las burbujas no dejen de bailar!

  • Copas y combinados (para los que quieren marcha): Durante la barra libre, aquí el consumo es una lotería. Una estimación de inicio podría ser de 3-4 copas por persona. Pero este es el apartado donde el catering para bodas te da más flexibilidad: suelen traer de sobra y te cobran solo lo que se consume. ¡Así no te llevas sustos!


Las bebidas sin alcohol (los héroes anónimos de la hidratación)


  • Agua (la vida misma): ¡Fundamental! Calcula al menos 1-1.5 litros por persona para todo el evento, desde la comida hasta la última copa. ¡La hidratación es clave!

  • Refrescos y zumos (para todos los gustos): Mucha variedad y cantidad, por favor. Estima 2-3 latas o vasos por persona.

  • Café e infusiones (el empujón final): Después de la comida y durante la recena. Una tacita por persona, ¡para que nadie se duerma en la silla!


Los "pequeños" detalles que lo cambian todo: ¡la lupa del consumo!


Más allá de cuántos vienen y qué tipo de fiestón montas, hay otros factores que, aunque parezcan insignificantes, cambian por completo la cantidad de comida y bebida que se va a ventilar en tu catering de bodas. ¡Atento a la letra pequeña!


El reloj implacable: ¿cuánto dura la juerga?


No es lo mismo una boda que empieza a mediodía con un cóctel que se alarga y un banquete épico, que una cena de gala que arranca al anochecer. Cuantas más horas dure el evento, más comida y bebida se consumirá. Si el cóctel de bienvenida se alarga más de una hora, ¡prepárate para más aperitivos! Y si la barra libre se extiende hasta que cante el gallo, la recena pasa de "por si acaso" a "¡lo necesito ya!". Un evento de 8 horas es un maratón, no un sprint.


El termómetro de la fiesta: sol, lluvia o nieve, ¡el clima manda!


El tiempo atmosférico es el rey (o la reina) de las influencias. En una boda de verano, al aire libre, la gente beberá como esponjas y preferirá cosas fresquitas y ligeras. En cambio, en una boda de invierno, con el frío apretando, los platos calientes, los guisos reconfortantes y las bebidas que calientan el alma serán los más deseados.

  • Verano: Más agua, más refrescos, más cervezas, cócteles ligeros, ensaladas crujientes, marisco fresquito, ¡y mucha fruta!

  • Invierno: Más café, más infusiones, caldos calentitos, platos de cuchara que resucitan, carnes asadas y postres que te abrazan. ¡Tu catering de bodas lo sabe y adapta el menú!


Los pequeños terremotos: la presencia de niños


Los niños son un mundo aparte. Comen diferente, en cantidades más pequeñas y, sobre todo, ¡son muy de sus gustos! Los catering para bodas suelen tener menús especiales para ellos: pasta con tomate, nuggets, patatas fritas... ¡Lo clásico que no falla! Calcula una porción infantil por cada niño. Y no te olvides de algún dulce o helado que les haga los ojos chiribitas. ¡Ellos también tienen derecho a su festín!


La receta secreta del éxito: tu plan de acción para calcular el catering de una boda (¡sin liarte!)


Ya hemos charlado largo y tendido sobre la teoría, ¿verdad? Ahora, ¡manos a la obra! Es hora de sacar la calculadora (o el Excel, si eres más moderno) y aplicar la magia para saber cuánta comida y bebida necesitas para tu catering de boda. ¡Vamos al lío!


Paso 1: Confirma esa lista de invitados ¡YA!


Este es el primer mandamiento. Sin un número exacto de invitados, todo lo demás es un castillo en el aire. Coge tus RSVPs, persigue a los despistados y ten tu lista lo más precisa posible. Siempre es mejor tener un número ligeramente por encima y luego ajustarlo a la baja que quedarte corto y que falten sillas (o gambas). Recuerda que la mayoría de los caterings te pedirán la confirmación final unos días antes para el último repaso. ¡No les falles!


Paso 2: Elige el formato de tu banquete y el horario de la fiesta


¿Banquete de gala? ¿Cóctel desenfadado? ¿Un buffet donde cada uno va a su aire? Esta elección es el punto de partida de todos tus cálculos. Por ejemplo, si tu boda es un cóctel de esos que son la estrella de la noche, tu catering para tu boda te dirá que necesitas entre 12 y 18 piezas por persona para que nadie se quede con hambre. Pero si el cóctel es solo el entrante de una gran cena, con 6-8 piezas por invitado es suficiente.

Y el horario, ¡bendito horario! ¿Es una boda de mañana con un almuerzo que se alarga? ¿O una cena que empieza tarde y la fiesta sigue hasta el amanecer? La duración total de la juerga y los momentos clave de la comida marcarán la diferencia. Un evento de 8 horas consume más que uno de 4, ¡es de cajón!


Paso 3: Diseña un menú de infarto con tu catering (¡ellos son los gurús!)


Aquí es donde tu proveedor de catering de bodas se convierte en tu mejor amigo. Trabaja codo con codo con ellos. ¡Son los que saben! Te guiarán en las porciones perfectas para cada plato.

  • Aperitivos: Si es un cóctel de bienvenida, pregúntales cuántas piezas por cabeza recomiendan. Y ojo, ¡que haya variedad! Frías, calientes, fritas, horneadas... ¡para todos los gustos!

  • Platos principales: Confirma el tamaño de cada ración (en gramos, por favor) de la carne, el pescado y, ¡muy importante!, las guarniciones. Un catering de bodas en Madrid de categoría te dará un desglose que te dejará boquiabierto.

  • Postres: ¿Un postre principal y ya? ¿O le metemos una mesa de dulces que haga llorar a los más golosos? Esto influye en la cantidad del postre individual. ¡Que no se te olvide!

  • Bebidas: Habla con ellos sobre cuánto se suele beber. Ellos tienen estadísticas de bodas pasadas que son oro molido. Saben si en una boda con mucha gente joven el whisky vuela o si en verano la sangría es la estrella. ¡Confía en su experiencia!


Paso 4: ¡No te olvides de los "especiales"! Alergias y otras movidas


Crea una lista clarísima con todos los invitados que tienen alergias, intolerancias o cualquier tipo de restricción alimentaria. Y, ¡ojo!, comunícasela a tu catering para bodas con tiempo. Que tengan tiempo para preparar esos platos especiales con cariño y sin prisas. Es vital tener el recuento exacto de estos menús para que nadie se quede con hambre o, peor, ¡con una visita al hospital!


Paso 5: ¡El comodín de la suerte! Añade un margen de seguridad


Aunque seas el Einstein de los cálculos, siempre es buena idea tener un "colchoncito". Un 5-10% extra sobre el número de invitados es una cifra prudente, sobre todo para aperitivos y bebidas. Para los platos principales, no es tan necesario, ya que van por ración individual. Este pequeño margen te salvará de invitados sorpresa (¡siempre hay alguno!), o de ese amigo que tiene un agujero negro en el estómago.


Paso 6: El "OK" final: confirma todo con tu catering


Cuando ya tengas todos tus números atados y bien atados, revisa y confirma las cantidades con tu proveedor de catering de bodas. Ellos te darán el visto bueno final, ajustando esos pequeños detalles que solo la experiencia te da. Pregúntales cómo manejan los extras, los posibles cambios de última hora... ¡Que no quede ni una duda en el tintero!


Extras de lujo para tu boda (¡y para tu tranquilidad!)


Lo que dicen los que saben: testimonios y consejos de expertos (¡y algún chascarrillo!)


"Llevo más de 15 años metida en el lío de organizar bodas, y te digo una cosa: el éxito de un catering no es solo la cantidad, ¡es la calidad y el 'cómo se ve'!


Me acuerdo de una pareja que estaba histérica porque pensaban que el vino no iba a dar abasto. Les dijimos: 'Pedid un pelín más, que no pasa nada'. ¡Y al final les sobraron unas cuantas botellas! Pero la tranquilidad que les dio saber que no habría sed en la pista de baile, ¡eso no tiene precio! Además, siempre machaco con esto: la comunicación con el catering para la boda tiene que ser como la de dos enamorados: constante y transparente. ¡Son tus cómplices!" - María García, la 'Wedding Planner' con más bodas a sus espaldas que años tiene.


"He visto de todo en las bodas: desde montañas de comida que acababan en la basura hasta escasez que hacía que la gente se mirara con pena. El equilibrio, amigos, ¡el equilibrio! Para los aperitivos, siempre aconsejo un mix: cosas ligeritas y otras más contundentes. Así, todo el mundo pica a gusto. Y si tu boda se alarga, ¡la recena es tu salvación! Unos pequeños bocaditos salados y dulces cuando la noche ya está avanzada son como un abrazo para el estómago y el alma." - Javier Ruiz, el 'jefe' de eventos de un catering que te deja con la boca abierta.


La magia detrás del telón: cómo un buen catering lo borda con las cantidades y la calidad


Un catering de bodas de los que te quitan el hipo no solo sabe cocinar como los ángeles, sino que maneja la logística de la comida y la bebida con una precisión de cirujano. ¡Son unos cracks!

  • El arte del inventario: Usan sistemas de inventario tan avanzados que saben exactamente qué tienen, cuánto necesitan y cuándo deben reponerlo. Esto evita el desperdicio (¡bravo!) y garantiza que los ingredientes estén más frescos que una lechuga recién cogida.

  • Porciones con amor y medida: Cada chef de su equipo está entrenado para que las porciones sean siempre iguales, ¡como sacadas de un molde! Esto es fundamental en los banquetes sentados, donde cada plato es una obra de arte individual.

  • El sheriff de la temperatura y la seguridad: Son unos obsesos del control de la temperatura de los alimentos, desde que nacen hasta que llegan a tu plato. Cumplen con las normativas de seguridad alimentaria más estrictas, con camiones refrigerados y sistemas de calentamiento en el lugar. ¡Aquí no se juega con la salud!

  • El traje a medida: Un catering para bodas en Madrid de los buenos te ofrecerá soluciones personalizadas para todo, ¡hasta para los cambios de última hora! Si un invitado con una alergia rarísima aparece por sorpresa, ellos le prepararán un plato solo para él. ¡Son unos magos!


La recena: ¿capricho o salvavidas para la fiesta?


La recena es como ese amigo que aparece cuando la fiesta está en su punto álgido y te da un empujón para seguir. Si tu boda tiene barra libre hasta el amanecer, la recena no es un lujo, ¡es una necesidad vital! Después de horas bailando, brindando y desmelenándote, ¿a quién no le apetece un bocado salado o dulce para recargar pilas?


  • Lo más demandado: Mini-sándwiches de esos que te devoras de un bocado, mini-hamburguesas para los más cañeros, conos de patatas fritas (¡un clásico que nunca falla!), porciones de pizza que vuelan, brochetas de fruta para los healthy, dulces variados para los golosos, y si ya pones churros con chocolate o food trucks con rollos temáticos... ¡eso es nivel pro!

  • ¿Cuándo se saca?: Generalmente, unas 2-3 horas después del postre principal, o justo a la mitad de la barra libre. ¡Justo cuando el hambre empieza a rondar de nuevo!

  • Cantidades para la recena: Calcula entre 2 y 4 piezas por persona. Depende de lo variadas y contundentes que sean las opciones. Si pones un food truck con una sola opción, entonces una ración por cabeza.


La recena es el detalle que marca la diferencia, un guiño a tus invitados que les dice: "¡Os queremos, y queremos que sigáis disfrutando!". Eleva el nivel de tu catering de bodas a lo estratosférico.


Las preguntas que te quitan el sueño (¡y que te respondemos sin tapujos!)


¿Con cuánto tiempo de antelación tengo que chivarle al catering el número final de invitados?

La mayoría de los catering para bodas te pedirán el número final entre 7 y 15 días antes del bodorrio. Este margen les permite hacer la compra gorda, organizar la cocina y tener a todo el personal a punto. Pero tú, por tu cuenta, ten tus confirmaciones cerradas al menos 3-4 semanas antes. Así, si surge algún cambio, lo puedes gestionar con calma. Si hay alguna confirmación de ultimísima hora, un buen catering para tu boda será flexible, pero intenta que los cambios sean mínimos para que todo salga bordado.


¡Socorro! ¿Qué pasa si al final vienen menos invitados de los que pagué?

A ver, esto es como un contrato de móvil: una vez que firmas, es lo que es. Lo normal es que tu contrato con el catering de boda tenga una cláusula clara al respecto. Lo más habitual es que te cobren por el número de invitados que confirmaste en la fecha límite, aunque luego vengan menos. ¿Por qué? Porque ya han comprado ingredientes, han contratado personal y han puesto toda la maquinaria en marcha basándose en ese número. Por eso, ¡sé lo más exacto posible con tus confirmaciones! En casos excepcionales, si la reducción es muy, muy grande y avisas con tiempo, podría haber un pequeño ajuste, pero eso ya depende de la política de cada empresa de catering para bodas. ¡No te la juegues!


¡Doble socorro! ¿Y si la fiesta se llena más de lo esperado?

Si de repente aparecen más invitados de los que confirmaste, un catering de bodas que se las sabe todas estará preparado para el imprevisto. Suelen tener un pequeño margen de ingredientes y personal extra para estas situaciones. Pero, ¡ojo!, es probable que te cobren un extra por cada "colado" no previsto. La clave aquí es la velocidad: en cuanto sepas que el número ha aumentado, ¡llama a tu catering! Así podrán ajustar su plan de batalla y asegurarse de que nadie se quede sin su plato. En el caso de un catering para bodas en Madrid de renombre, la capacidad de reacción es una de sus superpoderes.


¿Tengo que calcular comida para el equipo de la boda (fotógrafos, DJ, etc.)?

¡Por supuesto que sí! Es de primero de buena educación y de sentido común. El equipo que trabaja en tu boda (el fotógrafo que te sigue hasta el baño, el videógrafo que capta tus mejores bailes, el DJ que te hace vibrar, tu 'wedding planner' que lo tiene todo controlado...) estará contigo durante horas y horas. Necesitan comer para tener energía. Pregúntales si prefieren un menú aparte o si pueden comer lo mismo que los invitados. Normalmente, los catering para bodas ofrecen menús especiales para proveedores a un precio más apañado. ¡Asegúrate de incluir a estas personas en tu recuento final! No querrás que tu equipo se desmaye de hambre en mitad de la fiesta. ¡Sería un drama!


¿Cómo me aseguro de que el catering se acuerde de las alergias y esas cosas?

La mejor forma es ser más claro que el agua desde el minuto uno. Incluye una sección especial para esto en tus tarjetas de RSVP. Y cuando le envíes la lista final de invitados a tu catering para bodas, ¡resalta con fosforito esas necesidades! Pon el nombre del invitado y su restricción. Un catering de esos que te molan no solo tomará nota, ¡sino que te ofrecerá opciones deliciosas y creativas para cada caso! Así, todos tus invitados se sentirán queridos, incluidos y disfrutarán del banquete sin preocupaciones ni sustos. ¡Incluso pueden preparar unas tarjetitas con el nombre del comensal y su plato especial! ¡Pura magia!


El brindis final por tu banquete nupcial: ¡a por la perfección!


Planificar el catering de tu boda es como montar un puzle gigante. Puede parecer un desafío, lleno de números y decisiones, pero con la información y las herramientas adecuadas, se convierte en algo manejable y, ¡hasta divertido! Hemos hecho un viaje juntos, desde entender a tus invitados a fondo hasta decidir el formato de tu banquete ideal, pasando por desgranar cada factor que influye en cuánto se come y se bebe.


Recuerda que el secreto para que todo salga rodado es la anticipación y la comunicación abierta con tu catering. ¡Son tus mejores aliados! Un servicio de catering de bodas con experiencia no solo te traerá la comida, sino que será ese socio que te aconsejará, te ajustará los detalles y hará que el banquete de tus sueños sea una realidad, con una precisión que da gusto. Si sigues los pasos prácticos que te hemos chivado, desde confirmar tu lista de invitados hasta dejar esos pequeños márgenes de seguridad, te aseguramos que tu gran día será una fiesta sin sobresaltos en lo que a comida se refiere.


Tu boda es el reflejo de tu amor y de tu estilo, y el banquete es el corazón de esa celebración. Al dedicarle tiempo y cariño a la planificación del catering para tu boda, no solo harás que tus invitados salgan con una sonrisa de oreja a oreja, sino que tú podrás relajarte y disfrutar de cada instante mágico. Así que, con la tranquilidad de tenerlo todo calculado, prepárate para deleitar a tus seres queridos y crear recuerdos que perduren en el tiempo, ¡con un festín que será legendario!


Si estás buscando a esos "magos" de la gastronomía que transformarán tu boda en un evento inolvidable, te invitamos a que descubras nuestras propuestas de catering para bodas en Madrid. ¡Te prometemos que nuestra experiencia y pasión por la cocina harán de tu día algo único!


Y si ya estás listo para poner números a tus sueños, no lo dudes y solicita tu presupuesto de catering en Madrid personalizado. ¡Estamos aquí para hacer que tu banquete sea tan perfecto como lo has imaginado!

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