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¿Con qué acompañar el pollo asado? Ideas irresistibles para un plato redondo

Un pollo asado sin su combo perfecto es como una peli sin palomitas


El pollo asado, ese clásico que no falta en ninguna mesa que se precie, tiene un superpoder: gusta a todos. Desde los más peques hasta los sibaritas. Pero hay un detalle que a menudo pasamos por alto y que puede marcar la diferencia entre una comida simplemente rica y una que se queda grabada en la memoria gustativa: el acompañamiento. ¿Con qué acompañar el pollo asado?


Esa es la pregunta del millón. Porque ojo, no vale con tirar de lo primero que pillas en la nevera. Elegir bien con qué lo acompañas puede hacer que ese pollo jugoso y con la piel crujiente (como el de Seviara Precocinados) pase de "rico" a "madre mía, esto está brutal". Así que ponte el delantal, que vamos a explorar un mundo de ideas sabrosísimas.


Esto no es una lista de guarniciones. Es una masterclass para elevar tu pollo asado


En serio, esto va mucho más allá de decirte "haz unas patatas". Este artículo es una guía completa (y con estilo) para que el acompañamiento de tu pollo asado sea tan top que acabe compitiendo por el protagonismo del plato. Aquí aprenderás:


  • A combinar sabores y texturas como un chef con estrella Michelin, pero sin complicarte la vida.

  • A adaptar el acompañamiento según el tipo de pollo, el plan que tengas (cena de diario o evento fancy) y hasta el mood del día.

  • Ideas para comer rico y saludable sin caer en lo aburrido. Spoiler: las ensaladas también pueden molar.

  • Consejos para que tus guarniciones se preparen solas mientras el pollo se asa. Bueno, casi.

  • Trucos de presentación para que tu mesa parezca salida de una editorial foodie.


Y por si fuera poco, enlazamos a recursos últiles como el secreto de un pollo asado jugoso y con piel crujiente que te harán querer asar pollos hasta en verano. Vamos al grano.



con que acompañar un pollo asado


Clásicos que nunca fallan: el combo ganador del pollo asado


Patatas: la BFF del pollo de toda la vida


Al horno con especias: el típico que nunca aburre

Si el pollo es la estrella, las patatas al horno son ese actor secundario que se roba la escena. Córtalas en gajos, pónlas a bailar con romero, tomillo, ajo y un toque de pimentón y déjalas dorarse tranquilitas. Lo mejor: puedes meterlas en el horno con el pollo y que se empapen de sus jugos. ¿Resultado? Sabrosura nivel dios.


Puré casero: nostalgia en cada cucharada

Clásico entre clásicos. Suave, cremoso, y con ese punto de mantequilla y leche que lo convierte en el abrazo que todos necesitamos. Si te quieres poner creativo, ralla un poco de trufa o mete parmesano y verás.


Patatas panadera o chips caseras: para cuando quieres impresionar sin sudar

Laminadas, con cebolla y pimiento, o en chips crujientes al horno. Elige tu estilo. Ideales para comidas informales, cenas rápidas o para convencer a los peques sin pelea.


Arroz: el camaleónico de la cocina


Arroz blanco: el comodín perfecto

Simple, suelto, y delicioso si el pollo tiene una buena salsa. Es como el pan blanco del acompañamiento: va con todo y nunca falla.


Arroz al horno con verduras: sabor a domingo

Imagínate un arroz con pimientos, zanahoria, caldo de pollo y ese toque tostado por arriba. Ideal para pollos condimentados con hierbas. Consejo: si te sobra, está incluso más rico al día siguiente.


Arroz con frutos secos y pasas: toque chic

Para cuando el pollo se viste de gala. El dulzor de las pasas, el crujir de las almendras, y un toque de canela o clavo lo convierten en el compañero ideal para eventos y celebraciones.


Ensaladas: la frescura que equilibra todo


Ensalada de quinoa, aguacate y cherry

Un clásico healthy, pero sabroso. La quinoa aporta cuerpo, el aguacate cremosidad y los tomatitos ese punch ácido que limpia el paladar. Remata con lima y cilantro.


Ensalada templada con patata, judías verdes y huevo

Cálida, reconfortante, pero sin empachar. Aliña con una vinagreta de mostaza y miel y tendrás un plato redondo.


Ensalada de lombarda con manzana y zanahoria

Crujiente, colorida y con ese punto dulce-ácido que casa de lujo con un pollo especiado. Ideal para comidas ligeras y veraniegas.


Verduras: cuando lo saludable también sabe a gloria


Asadas al horno: pimientos, calabacín, berenjena...

Rápidas, sencillas y llenas de sabor. Solo necesitas un buen aceite de oliva, sal y hierbas. Si las metes junto al pollo, se impregnan de su aroma. Magia pura.


Espárragos salteados con ajo

Un toque amargo, un crujir sutil y ese sabor intenso que despierta cualquier bocado de pollo. Bonus: envuélvelos en jamón y añade nivel gourmet.


Champiñones al ajillo con vino blanco

Súper sabrosos y fáciles. Ideales para aportar ese sabor umami que eleva cualquier carne blanca.


Acompañamientos según ocasión: porque no es lo mismo un martes que una celebración


Gourmet vibes: para cuando toca lucirse


Gratinado de patata y puerro

Delicado, elegante y contundente. El puerro le da un toque dulce, la bechamel lo envuelve y el gratinado final hace que todos repitan.


Cuscús con pistachos y menta

Exótico, fresco y aromático. Va genial con pollo especiado tipo tandoori o con toque marroquí. Y se hace en 5 minutos. Lo tiene todo.


Parmentier de boniato

Versión dulce del puré, que va de lujo con marinados de miel, soja o mostaza. Y además queda espectacular en el plato.


Healthy y sabroso: sí, se puede


Arroz integral con brócoli al vapor

Un plato equilibrado, saciante y con ese puntito de crujiente del brócoli que no falla. Ideal para menús semanales sin renunciar al placer.


Lentejas templadas con vinagreta de mostaza

Proteína vegetal, sabor potente y textura deliciosa. Súbele el nivel a tu plato con unas hojas de espinaca baby y unas semillas.


Calabaza asada con yogur y comino

Una combinación brutal: dulzor, cremosidad y el punch aromático del comino. Súcle una cucharada de yogur natural por encima y verás.


Para peques (y no tan peques): el pollo también es cosa de familia


Arroz a la cubana

Un clásico que nunca falla: arroz blanco, huevo frito y plátano. Simple, pero adictivo.


Macarrones con tomate natural

No hay niño (ni adulto) que se resista. Si le metes un gratinado con queso rallado... no vas a ver ni las migas.


Bastones de zanahoria y calabacín al horno

Crujientes, dulzones, y superfáciles de hacer. Una forma divertida de meter más verdura sin dramas.


Trucos infalibles para que tu guarnición se luzca


Texturas y colores que enamoran

No subestimes el poder del contraste. Acompaña la piel crujiente del pollo con algo cremoso (como un puré), algo crujiente (como chips de vegetales) y algo fresco (como una ensalada con vinagreta).


Sácalo todo del horno a la vez

Optimiza tiempo y energía. Mete tus acompañamientos junto al pollo (en bandejas separadas o debajo para que recojan los jugos). Cocina inteligente, sabor explosivo.


Prepara con antelación sin perder calidad

Cuscús, arroz, ensaladas, verduras asadas... todo se puede dejar hecho con antelación y recalentar con mimo. Perfecto para cenas con invitados o planificación semanal.


Ajusta según el estilo del pollo

No es lo mismo un pollo con barbacoa que uno con limón y tomillo. Piensa en sabores que complementen, no que compitan. Si tu pollo es dulce, busca algo ácido o crujiente. Si es especiado, algo neutro que lo deje brillar.


Bonus para brillar como anfitrión


Maridajes que hacen magia

  • Vino blanco fresco para platos ligeros.

  • Tinto joven con guarniciones más contundentes.

  • Cerveza rubia bien fría para cenas informales.


Viajes de sabor sin salir de casa

  • Perú: arroz con choclo + salsa huancaína = fantasía.

  • Asia: pak choi salteado, arroz jazmín y sésamo.

  • México: maíz, aguacate, pico de gallo y arroz rojo.


Presentaciones que impactan (y se comen por los ojos)

  • Platos amplios con espacio para que cada elemento respire.

  • Colores vivos: juega con contrastes como puré blanco y piel dorada, verde de espárragos y arroz especiado.

  • Toques finales: hierbas frescas, semillas tostadas, unas gotas de aceite aromático.


FAQs que sólo alguien con hambre puede hacerse


¿El mejor acompañamiento para un pollo clásico?

Las patatas al horno son el alma gemela del pollo. Si además se cocinan con sus jugos... ¡boom!


¿Pollo con arroz? ¿No es demasiado?

Para nada. Es una combinación ganadora desde Latinoamérica hasta el Mediterráneo. Solo equilibra los sabores.


¿Y si quiero algo sano que no sea ensalada sosa?

Prueba lentejas templadas con vinagreta, quinoa con verduras, calabaza asada... Hay vida más allá del verde.


¿Puedo adelantar trabajo sin perder sabor?

Claro. Arroz, cuscús, verduras... todo se puede dejar listo y recalentar sin dramas. La clave está en regenerar bien: horno suave o sartén.


¿Y si mi pollo es a la brasa?

Acompañamientos crujientes y frescos, como ensaladas con vinagreta potente, verduras a la plancha o patatas doradas. La brasa pide rock&roll.


Cierra el telón con sabor


Ya lo ves: saber con qué puedo acompañar un pollo asado no es cuestión de costumbre, sino de creatividad. Las posibilidades son tantas como gustos hay. Desde clásicos reconfortantes hasta propuestas gourmet, pasando por opciones saludables o para los más peques de la casa.


Con esta guía tienes la inspiración que necesitas para montar un festín en cualquier ocasión. Y si no tienes tiempo pero quieres un pollo que sepa a gloria, en Seviara Precocinados tienes la solución para empezar con buen pie.

Porque cocinar es compartir. Y si encima lo haces con estilo y sabor, tienes el combo perfecto. ¡Buen provecho!


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