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¿Cómo recalentar un pollo asado sin que se seque?

Así se recalienta un pollo asado como un chef (sin secarlo)


Vale, lo confieso. Todos hemos pasado por eso. Un día te curras o compras ese pollo asado espectacular, jugoso, con la piel crujiente... y al día siguiente te toca enfrentarte a su triste versión recalentada. Piel lacia, carne reseca, cero magia. Pero oye, no tiene por qué ser así. Hay formas reales y efectivas de calentar pollo asado sin destrozarlo. Y si te quedas hasta el final, prometo que nunca volverás a comer pollo recalentado con resignación.


Todo lo que vas a descubrir aquí (y por qué te va a salvar la comida de mañana)


Este post es como ese colega que cocina bien de verdad y te dice las cosas sin rodeos.


Vamos a contarte:

  • Cuáles son los mejores métodos para recalentar pollos asados en casa.

  • Cómo hacerlo con horno, sartén, micro y hasta freidora de aire.

  • Trucos de cocina que no sabías (pero funcionan).

  • Cómo usar las sobras sin aburrirte: tacos, bocatas, ensaladas...

  • Y al final, una recomendación que te va a ahorrar tiempo y disgustos: los pollos de Seviara Precocinados, que ya vienen listos para triunfar.


Sigue leyendo y verás por qué recalentar bien un pollo es casi un acto de respeto culinario.


recalentar pollo asado


Los métodos que sí funcionan para calentar un pollo asado sin dejarlo seco y triste


Lo clásico que nunca falla: horno, tu mejor aliado


El horno, ese amigo lento pero seguro

No es lo más rápido, pero si quieres mantener el pollo jugoso y la piel decente, el horno es tu colega fiel:

  1. Precalienta a 180ºC (sin prisas).

  2. Pon el pollo en una bandeja, cúbrelo con papel de aluminio.

  3. Añade un chorrito de caldo, agua o ese jugo que soltó el pollo ayer.

  4. 20 minutos si está entero; 10-15 si son piezas sueltas.

  5. Los últimos 5 minutos, quita el papel y sube un poco el horno si quieres que la piel quede crujiente.

Tip de colega: si tienes horno con vapor, añádele humedad. Si no, mete una bandejita con agua en el fondo del horno.


Sartén: para recalentar rápido sin liarla


Sartén con tapa: poco glamour, pero cumple

  1. Sartén a fuego medio-bajo, un poco de aceite.

  2. Pones las piezas de pollo (muslos, pechuga, lo que tengas).

  3. Tapas y añades un chorrito de agua o caldo.

  4. Deja que se caliente con su propio vapor unos 10 minutos. Dales la vuelta a mitad de tiempo.

Resultado: jugoso, sin complicaciones, y sin encender el horno.


Microondas: sólo si estás en modo "tengo prisa y hambre"


El micro tiene su ciencia (aunque parezca magia negra)

  1. Corta el pollo en trozos pequeños. Nada de meterlo entero.

  2. Usa un plato, cúbrelo con tapa para micro o film agujereado.

  3. Añade una cucharada de caldo o agua.

  4. Calienta en tandas de 30 segundos. Revisa y remueve cada vez.

Si te pasas, te cargas la textura. Pero hecho con mimo, te saca del apuro dignamente.


Freidora de aire: el as bajo la manga


La freidora de aire te devuelve el crujiente sin aceite

  1. Precalienta a 180ºC.

  2. Coloca el pollo sin amontonar. Mejor piezas sueltas.

  3. Dale 5-8 minutos. Gíralo a la mitad.

Resultado: piel crujiente, interior caliente, cero grasa extra. Perfecto para esas alitas del día anterior.


Reglas de oro antes de meter el pollo en ningún aparato


Guárdalo bien desde el principio

  • Recipiente hermético.

  • Nevera en menos de 2 horas tras cocinar.

  • Máximo 3 días refrigerado.


Trocea según lo que vayas a usar

Un pollo entero cuesta más de calentar sin que se reseque. Si ya sabes que vas a guardar sobras, trocéalo antes. Así también puedes aplicar diferentes métodos según la parte (freidora para alitas, horno para pechuga, etc).


Dale un extra de sabor con caldos o grasas

Tienes pollo asado. No lo mojes con agua a secas. Usa caldo casero, jugo del asado, un poco de mantequilla o incluso un chorrito de vino blanco. Eso marca la diferencia.


Ideas sabrosas para aprovechar sobras como un cocinillas con arte


Recetas con restos de pollo que dan alegría

  • Tacos con pollo, guacamole y pico de gallo.

  • Sándwich de pollo, rúcula y mayonesa al ajo.

  • Ensalada templada de pollo con mostaza y miel.

  • Arroz salteado con pollo, cebolla y curry.

  • Sopas o cremas con topping de pollo asado desmigado.


Testimonios de cocina real (de gente como tú y como yo)


Marina, fanática del batch cooking:

"Lo meto en la freidora de aire cinco minutos y parece recién hecho. Es magia pura."

Pablo, fan del tupper:

"Recaliento la pechuga al horno con mantequilla y al final le meto un golpe de grill. Queda de lujo para el curro."

FAQs caseras: lo que todos nos preguntamos (pero nadie contesta bien)


¿Horno o micro? Depende de tu prisa y de cuánto te quieres

Horno si tienes tiempo y quieres calidad. Microondas si tienes hambre ya, pero cuídalo para que no parezca goma.


¿Y si ya está seco?

No lo tires. Desmígalo, ponle salsa (barbacoa, pesto, tomate) y hazte un bocata o unos tacos. Hay vida más allá del filete reseco.


¿Cuántas veces puedo recalentar el mismo pollo?

Una. Con suerte. Cada vuelta de calor pierde textura, jugo y gracia. No arriesgues.


¿El pollo recalentado sigue siendo sano?

Sí, si lo conservas y recalientas bien. Sigue teniendo proteínas, pero no abuses del recalentado. Mejor disfrutarlo al día siguiente y ya.


Si vives en Torrejón de Ardoz, esto te interesa (y mucho)


Mira, si estás por Torrejón y no quieres liarte en la cocina pero quieres pollo asado del bueno, no te compliques. En Seviara Precocinados tienen unos pollos que están para repetir. Jugosos, sabrosos, con la piel en su punto. Y lo mejor: si te sobra, lo recalientas con cualquiera de los trucos que te hemos contado y sigue estando brutal.

Y si quieres aprender a hacerlo tú mismo, mira este post donde te explican el secreto para un pollo asado jugoso y con piel crujiente. Ya me darás las gracias.


En resumen: calentar un pollo asado sin secarlo es posible (y hasta fácil)


Quédate con esto: el horno es tu amigo si tienes tiempo. La sartén y la freidora de aire son tus aliados para un plan rápido y sabroso. Y el micro, bueno, úsalo con cabeza. Dale cariño a ese pollo que te sobró y verás que puedes volver a disfrutarlo sin que parezca comida de hospital.

Y si no quieres complicarte, recuerda: en Seviara Precocinados lo tienen todo listo para que tú solo tengas que calentar y disfrutar. Porque recalentar bien no es solo un truco, es un arte. Y tú ya eres un artista.

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